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miércoles, 6 de septiembre de 2023

DE LA CÁBALA AL ABORTO

 Expondremos a continuación un fragmento del libro "De la Cábala al progresismo" del P. Julio Meinvielle que, a nuestro juicio, demuestra la raíz demoníaca de la práctica del aborto.



Desde la creación del hombre Dios le ha revelado verdades y conocimientos al ser humano. Dichas verdades fueron transmitidas oralmente constituyendo una tradición. Con el tiempo, tales conocimientos fueron escritos en un libro llamado "Talmud". Esos libros fueron celosamente guardados por los "sabios" del pueblo elegido. No sólo guardados sino que reescritos con imaginarias especulaciones contaminadas por ritos y prácticas paganas recogidas de las civilizaciones que le habían esclavizado (Babilonia y Egipto). De tal suerte, "la tradición perversa y cabalística cobra origen en la tradición buena, que es pervertida por la malicia del hombre, quien, a su vez, se deja seducir y alienar por el diablo".
El libro del padre Julio se propone demostrar que, "a través de la historia humana no hay sino dos actitudes fundamentales de pensamiento y de vida: una, la católica, que es la tradición recibida de Dios por Adán, Moisés y Jesucristo, y cuyo insuperado expositor ha sido Santo Tomás de Aquino; la otra gnóstica y cabalística que alienta los errores en todos los pueblos de la gentilidad y en la apostasía del judaísmo primero y luego en la del cristianismo mismo, que se verifica de modo particular en el mundo moderno". En el mismo origen estas tradiciones no eran dos sino una sola, porque existen únicamente Dios y el bien.
"Ustedes tienen por padre al demonio y quieren cumplir los deseos de su padre. Desde el comienzo el fue homicida y no tiene nada que ver con la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando miente, habla conforme a lo que es, porque es mentiroso y padre de la mentira." (Jn 8, 44).

A continuación el fragmento mencionado como objeto de este escrito:

“Un judío muy sabio, a punto de morir, había hecho a los judíos esta predicción: «Vosotros no podéis curaros de la vergonzosa enfermedad que os aflige sino por el uso de sangre cristiana…, porque la sangre humana está en el fondo de las prácticas de la magia».

 Le es menester a la magia sangre, sangre humana y grasas humanas para cumplir sus ritos y perfeccionar sus crismas sagrados, sus ungüentos maleficiarios, sus sacramentales, para alcanzar su objetivo sacrílego. Aquí, allá y en todas partes según el tiempo, según el genio y el grado de civilización de los pueblos, le es menester esta sangre y esta carne, brebaje y medio de regeneración mística. Y, desde el origen de los tiempos históricos, la Biblia misma nos da, sobre el suelo de Canaan, el espectáculo de estas odiosas prácticas, de esta antropofagia sacra, de esta carne y esta sangre humana que comían y bebían los judíos con los cabalistas de Canaan y cuyos encantamientos exigían el uso.

Procedimientos de cábala y de magia, es decir, medios demoníacos, pero empleados a título de medios religiosos o científicos, he aquí dos cosas que se reproducen sin cesar en el judío en el ejercicio del arte de curar o de predecir los males del cuerpo.

Y, en el examen atento de los crímenes de niños cometidos por judíos, lo que llamará más vivamente la atención de un sagaz investigador no será siempre y sólo un feroz sentimiento de odios religiosos; será con frecuencia la intención de hacer servir la sangre humana y las carnes desgarradas a operaciones mágicas dotadas de la virtud de curar males del cuerpo y del espíritu.

Pero lo importante y lo que debe ser suficientemente destacado es que el sueño de los conspiradores de la Cábala ha sido siempre apoderarse hábilmente del poder y retenerlo disimuladamente en provecho propio. Debían crear una sociedad entregada a la abnegación por votos solemnes, protegida por reglamentos severos, que se reclutaría por la iniciación y que, sola depositaria de los grandes secretos religiosos y sociales, haría reyes y pontífices sin exponerse a las corrupciones del poder."

A partir de Caín en adelante la humanidad se divide en dos bandos o en "Dos ciudades" a decir de San Agustín. Dos amores han dado origen a dos ciudades: el amor de sí mismo hasta el desprecio de Dios, la terrena; y el amor de Dios hasta el desprecio de sí, la celestial. La primera se gloría en sí misma; la segunda se gloría en el Señor. Subsiste en el mundo desde su creación una guerra entre el bien y el mal.

La tradición talmúdica se convierte entonces en lo que el Talmud llama el vinagre, el hijo del vino. Así pues, aquella primera perversión llega a nuestros días con los nombres de Cábala moderna o Cábala de izquierda, o Cábala farisaica, o Cábala mágica. El mal se esconde y actúa desde organizaciones secretas o pantallas filantrópicas cuyo mayor exponente es la masonería.

La sangre humana continúa alimentando los rituales demoníacos que exige el príncipe del mundo. En el mundo actual no sólo se sacrifican niños por nacer sino que, también se comercializa las grasas humanas de sus desechos como materia prima de productos banales. 

El demonio odia especialmente a la mujer porque fue una Mujer la que pisó la cabeza de la serpiente. Sus discípulos usan a la mujer y al fruto de su vientre para adorarle.



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