Oraciones de Santa Brígida durante 12 años
PROMESAS:
1) El alma que las reza no sufrirá ningún Purgatorio.
2) El alma que las reza será aceptada entre los mártires como si hubiera derramado su propia sangre por la fe.
3) El alma que las reza puede elegir a otros tres a quienes Jesús mantendrá luego en un estado de gracia suficiente para que se santifiquen. (*)
4) Ninguna de las cuatro generaciones siguientes al alma que las reza se perderá.
5) El alma que las reza será consciente de su muerte un mes antes de que ocurra.
(*) Escribir los tres nombres (personas vivas) en un papel y guardarlo.
Los nombres no se pueden cambiar.
Algunas interrogantes
1. ¿Puedo esperar algunos o muchos años hasta el
final de mi vida para comenzar a rezarlas y así evitarme los doce años?
Respuesta: No
2. ¿Puedo esperar estar afectado por alguna
enfermedad terminal, para comenzar a rezarlas y así evitarme los doce años?
Respuesta: No
3.- Si por olvido o por otro motivo, pasan las doce
de la noche, ¿Se considera ese día como perdido?
Respuesta: Se puede extender el plazo hasta el día
siguiente, antes del alba, válido para el día anterior. Lógicamente que se debe
volver a rezar durante el día para el día correspondiente. Esta extensión se
puede utilizar todas las veces que sea necesaria.
4.- ¿Cuáles son las “causas justificadas”?
Respuesta: Por el simple olvido de uno o dos días,
quizás por algún acontecimiento familiar o laboral. En caso de accidente o
enfermedad que signifique gravedad o inconciencia, se puede recuperar ese plazo
al final, aquí se justifica que pueda ser un plazo mayor. Cuando la persona se
encuentre mejor, pedirle a alguien que las rece en voz alta e ir repitiendo
mentalmente las oraciones. Lo que no es válido es rezar dos meses, dejar uno,
rezar otros seis, dejar tres, ahí no sirve.
Oraciones:
Oh Jesús, ahora deseo rezar la oración del Señor siete veces junto con el amor con que Tú santificaste esta oración en Tu corazón. Tómala de mis labios hasta Tu Sagrado Corazón. Mejórala y complétala para que le brinde tanto honor y felicidad a la Trinidad en la tierra como Tú lo garantizaste con esta oración. Que ésta se derrame sobre Tu santa humanidad para la glorificación de Tus dolorosas heridas y la preciosísima Sangre que Tú derramaste de ellas.
LA CIRCUNCISIÓN
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
Padre Eterno, por medio de las manos inmaculadas de María y el Sagrado Corazón de Jesús, Te ofrezco las primeras heridas, los primeros dolores y el primer derrame de sangre como expiación de los pecados de mi infancia y de toda la humanidad, como protección contra el primer pecado mortal, especialmente entre mis parientes.
LA AGONÍA DE JESÚS EN EL HUERTO DE LOS OLIVOS
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
Padre Eterno, por medio de las manos inmaculadas de María y el Sagrado Corazón de Jesús, te ofrezco el intenso sufrimiento del Corazón de Jesús en el Huerto de los Olivos y cada gota de su sudor de sangre como expiación de mis pecados del corazón y los de toda la humanidad, como protección contra tales pecados y para que se extienda el amor divino y fraterno.
LA FLAGELACIÓN
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
Padre Eterno, por medio de las manos inmaculadas de María y el Sagrado Corazón de Jesús, te ofrezco las muchas miles de heridas, los terribles dolores y la preciosísima sangre de la flagelación como expiación de mis pecados de la carne y los de toda la humanidad, como protección contra tales pecados y la preservación de la inocencia, especialmente entre mis parientes.
LA CORONACIÓN DE ESPINAS
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
Padre Eterno, por medio de las manos inmaculadas de María y el Sagrado Corazón de Jesús, te ofrezco las heridas, los dolores y la preciosísima sangre de la sagrada cabeza de Jesús luego de la coronación de espinas, como expiación de mis pecados del espíritu y los de toda la humanidad, como protección contra tales pecados y para que se extienda el reino de Cristo aquí en la tierra.
CARGANDO LA CRUZ
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
Padre Eterno, por medio de las manos inmaculadas de María y el Sagrado Corazón de Jesús, te ofrezco los sufrimientos en el camino a la cruz, especialmente la santa herida en su hombro y su preciosísima sangre como expiación de mi negación de la cruz y la de toda la humanidad, todas mis protestas contra tus planes divinos y todos los demás pecados de palabra, como protección contra tales pecados y para un verdadero amor a la cruz.
LA CRUCIFIXIÓN DE JESÚS
Padre Nuestro, Ave María y Gloria
Padre Eterno, por medio de las manos inmaculadas de María y el Sagrado Corazón de Jesús, te ofrezco a tu Hijo en la cruz, cuando lo clavaron y lo levantaron, las heridas en sus manos y pies y los tres hilos de la preciosísima sangre que derramó allí por nosotros, las extremas torturas del cuerpo y del alma, su muerte preciosa y su renovación no sangrienta en todas las santas misas de la Tierra, como expiación de todas las heridas contra los votos y normas dentro de las Órdenes, como reparación de mis pecados y los de todo el mundo, por los enfermos y moribundos, por todos los santos sacerdotes y laicos, por las intenciones del Santo Padre, por la restauración de las familias cristianas, para el fortalecimiento de la Fe, por nuestro país y por la unión de todas las naciones en Cristo y su Iglesia, así como también por la diáspora.
LA LLAGA DEL COSTADO DE JESÚS
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
Padre Eterno, acepta como dignas, por las necesidades de la santa Iglesia y como expiación de los pecados de toda la humanidad, la preciosísima sangre y el agua que manó de la herida del Sagrado Corazón de Jesús. Sé misericordioso para con nosotros. ¡Sangre de Cristo, el último contenido precioso de su Sagrado Corazón, lávame de todas mis culpas de pecado y las de los demás! ¡Agua del costado de Cristo; lávame totalmente de las penitencias del pecado y extingue las llamas del Purgatorio para mí y para todas las almas del Purgatorio! Amén.
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