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viernes, 18 de agosto de 2023

"DIOS HA MUERTO"

 Friedrich Niestzsche y su filosofía nihilista.



"Dios ha muerto y nosotros lo matamos..." 

Dios ha muerto, la frase, es un aforismo, sentencia que explica una verdad de manera breve, resultado de un nihilismo, negación de toda creencia, respecto a la pérdida de valores de la sociedad.
Cuando Nietzsche declara que Dios ha muerto quiere indicar que los hombres viven desorientados, que ya no sirve el horizonte último en el que siempre se ha vivido, que no existe una luz que nos pueda guiar de modo pleno; y más que desorientado, el hombre actual vive confundido y, estar confundido es no saber de qué se trata la cosa.
En su obra "Así habló Zaratustra" el ermitaño baja de la montaña y empieza a enseñar a los hombres diciendo:

"Escuchad, y os diré lo que es el superhombre. El superhombre es el sentido de la tierra. Que vuestra voluntad diga: ¡sea el superhombre el sentido de la tierra!
¡Yo os conjuro, hermanos míos, a que permanezcáis fieles al sentido de la tierra y no prestéis fe a los que os hablan de esperanzas ultraterrenas! Son destiladores de veneno, conscientes o inconscientes. Son despreciadores de la tierra, moribundos y envenenados, para quienes la tierra es fatigosa: ¡por eso quieren dejarla!
En otro tiempo, los crímenes contra Dios eran los más grandes crímenes; pero Dios ha muerto, y con él han desaparecido estos delitos."

Al igual que Niestzsche la mayor parte de la humanidad vive sumida en un íntimo aturdimiento destinado a ahogar su espíritu para exaltar su corporeidad.
Los freudianos de parabienes, nunca han tenido tan nutrida sus agendas como en estos tiempos, atendiendo a hombres y mujeres que no saben quiénes son ni para qué están en este mundo. El vacío existencial que padecen es tan grande que los lleva a vivir en permanente angustia. Una angustia que no puede ser mitigada con mera actividad laboral, viajes, distracciones o consumo de productos que le procuren una embriaguez de felicidad. Deberían concurrir menos al psicólogo y más al confesionario. La culpa existe y sólo Dios puede perdonar.
¡No existe el superhombre! sin Dios el hombre está perdido y condenado a una angustiosa soledad, arrojado a la misma por un exasperante individualismo liberal que lo devora.
“Dios está muerto”. Con esta frase, Nietzsche despojó al hombre moderno de la creencia en la existencia de un ser superior que le da sentido al mundo. Ahora, el sentido debe crearlo el hombre por sí mismo.
Nietzsche manifestó un claro delirio megalomaníaco. Firmó sus misivas como “Fénix”, “Anticristo” y “Dionisio”. Se llamó a si mismo “el redentor de todos los milenios”.
Murió demente en Weimar, Alemania el 25 de agosto de 1900.

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