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martes, 8 de agosto de 2023

SECUESTRADOS Y DESAPARECIDOS

"Nunca más ni secuestrados ni desaparecidos"

Pidió el Obispo Gabriel Mestre en Mar del Plata



En este blog rechazamos celebraciones litúrgicas con contenido político-marxista reivindicando la lucha armada de organizaciones terroristas que bañaron de sangre a toda una década de nuestra historia.
Asimismo, compartimos un extracto del libro "Iglesia Clandestina" de Carlos Sacheri donde escuetamente explica la situación de la Iglesia en aquella época y su continuación en la actualidad. Salvando que, hoy la Iglesia Clandestina pasará a estar formada por todos los católicos que adherimos y profesamos fidelidad a las Sagradas Escrituras, La tradición y el Magisterio de la Única, Santa y Apostólica Iglesia que existe.
Hace 30 años, el profesor de filosofía Carlos Alberto Sacheri fue asesinado cuando volvía de misa y llegaba a su casa de San Isidro, acompañado de su esposa y sus siete hijos (la menor, de dos años), más tres pequeños amigos.
Un Peugeot 504 celeste se detuvo a su lado y su conductor, un hombre de unos 50 años, le efectuó dos disparos de pistola en la cabeza. "Veo a mi padre con la cabeza inclinada, sangrando, y todos en derredor bañados en sangre", escribió años después el hijo mayor, José, que tenía entonces 14 años.
"Miré hacia la derecha y vi la cara de un hombre -el asesino- que hoy, pese a que han pasado más de 20 años, tengo perfectamente grabada en mi mente", recordó José.
El ERP 22 de Agosto se atribuyó el asesinato y en septiembre de 1977 en un inmueble de esa organización terrorista se encontró un archivo donde se daba cuenta del crimen.

Dice Sacheri en su libro:

"La finalidad no es otra que la de adaptar la Iglesia al mundo, lisa y llanamente, en vez de tratar de convertir y salvar al mundo dentro de la Iglesia. Tal es la tremenda alternativa de nuestro tiempo. El progresismo neomodernista subvierte así todos los conceptos fundamentales de la fe cristiana mediante la interpretación unilateral del espíritu y los documentos del Vaticano II.
En nuestro país el Tercermundismo constituye la versión, no única pero sí principal, de la organización progresista internacional. Poniendo en ejecución sus doctrinas, su organización y su metodología esencialmente clandestinas, el Tercermundismo configura una “Iglesia paralela” que intenta instrumentar todo lo cristiano al servicio de una revolución social de inspiración marxista. Lo más grave de todo es que muchos sacerdotes de buena fe, sensibles a los problemas sociales, se hacen eco de dicha prédica sin tomar conciencia de la instrumentación de que son objeto.”

Carlos A. Sacheri, “La Iglesia Clandestina”; Ed. Del Cruzamante; Buenos Aires, abril de 1970.


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