El hombre ha perdido la noción entre el bien y el mal.
La
Hidra de Lerna era una bestia de aliento venenoso, que tenía la rara y terrible
característica de ser multicéfala y, además, de regenerar dos cabezas por cada
una que le cercenaran. Cuentan las narraciones mitológicas que fue encargada a Hércules la tarea de acabar con este portento.
Existen dos tipos de apostasía, la formal y la práctica. La primera radica en un rechazo explícito a la fe; la segunda se da abandonando la fe, dejando de seguir sus dogmas, ritos y tradiciones por más que se manifieste su pertenencia.
La intención de relacionar la mitología con la apostasía cobra sentido con el título: "El hombre ha perdido la noción entre el bien y el mal". Ha abandonado a Dios.
La secularización condujo a la mayoría de las personas a una obnubilación de los límites entre el bien y el mal. Peor aún, hoy el mal es bueno y lo bueno es malo.
Es común el error de confundir inteligencia con sabiduría. La sabiduría, como don del Espíritu Santo, consiste en discernir el bien del mal y ese discernimiento está dañado en aquella mayoría.
Esta excéntrica introducción, viene a cuenta que nuestro país está viviendo una eufórica esquizofrenia, sin advertir las graves consecuencias del futuro mediato.
De la derrota de un gobierno corrupto e inmoral pasamos a la victoria verborrágica de un presidente que nos dice en la cara, cómo va a demoler la Nación utilizando cualquier medio a su alcance, sean buenos o malos, para alcanzar su fin. Enarbolando una bandera extranjera y diciendo que "será el salvador de Israel". Este hombre está priorizando los intereses de Israel no los de Argentina.
La Hidra de Lerna es una magnífica ilustración para entender la situación actual de la República Argentina. Sus múltiples cabezas representan a nuestros enemigos que se van reproduciendo a medida que se los derrota: terrorismo, socialismo, comunismo, progresismo, liberalismo, globalismo y variopintas ideologías nos amenazan permanentemente. No obstante, el mayor problema está en aquella gente que, al tener obnubilado su entendimiento, pasa a ser parte y cabeza de una de esas serpientes. Inconscientemente, hartos de políticos corruptos y guiados por un ingenuo sentimiento de mejoras y progreso, colaboramos con quienes pretenden quedarse con nuestras riquezas.
"Si quieres salvar a la patria salva tu alma, ni antes ni después, sino al mismo tiempo."
Daniel Elía
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