HEREJÍAS EN LA IGLESIA
Sitio dedicado a la divulgación y defensa de la Tradición, las Sagradas Escrituras y el Magisterio de la Única, Santa y Apostólica Iglesia que existe. Con Jesús en la barca "la Paz descansa en el orden".
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miércoles, 21 de agosto de 2024
MILEI Y EL TRANSHUMANISMO
lunes, 3 de junio de 2024
El veneno de las ideologías
“Podrán tomar a las
serpientes con sus manos, y si beben un veneno mortal no les hará ningún daño.” (Mc. 16; 18).
Estos signos y señales
dichos por Jesús, que Marcos enumera entre otros, deben ser leídos e
interpretados a la luz del simbolismo bíblico.
Los demonios son todas
las fuerzas de muerte que se encuentran en el hombre y que le llevan a tomar
decisiones opuestas al Evangelio: el orgullo, la concupiscencia, el ansia de
dinero, el odio, los impulsos egoístas. Estos demonios no son vencidos
recurriendo a ritos de exorcismo, sino por el poder de la palabra de Cristo y
del Espíritu que nos ha dado. Es la proclamación del evangelio la que los
aleja; es la Eucaristía y los demás sacramentos que comunican la fuerza divina
que permite resistir a sus ataques, según lo expresa el padre Gustavo Ballario.
Asimismo, en
la parábola del sembrador, Jesús nos previene del comportamiento que adoptamos
al escuchar su Palabra, y nos dice que, en ciertas ocasiones, la Palabra es arrebatada
por el demonio; en otras es abandonada por las tentaciones y también puede ser
ahogada por las seducciones del mundo. La vida moderna ofrece múltiples
atracciones que eclipsan el mensaje evangélico. Entre esas atracciones se enrolan
todas las ideologías que socaban los cimientos del orden natural.
El poder del
dinero, la política y la propaganda crean en la actualidad ese ambiente
propicio de seducción y falsa felicidad que conduce a la desintegración del ser
humano. El liberalismo, el comunismo y el progresismo con todas sus perversas
variantes son las serpientes que no podremos tomar en nuestras manos so pena de
fallecer si no estamos impregnados de una profunda formación evangélica. Por
esta razón repetiremos hasta el cansancio la sentencia del padre Castellani:
“Si quieres salvar a la patria salva tu alma, ni
antes ni después sino al mismo tiempo”.
Dones como
la sabiduría, el entendimiento, el consejo, la fortaleza y el temor de Dios, junto
con el evangelio, son las armas que debemos esgrimir para ser inmunes a los
venenos de la modernidad. Pues, en definitiva:
“La ciencia más acabada
es que el
hombre en gracia acabe,
pues al fin de la jornada,
aquél que
se salva, sabe,
y el que
no, no sabe nada.
En esta
vida emprestada,
do bien
obrar es la llave,
aquel que
se salva sabe;
el otro no
sabe nada.”
martes, 21 de mayo de 2024
¿Quién soy?
Estimado
lector: ¿sabe Usted quién es?
Sócrates sentenciaba que una vida sin reflexión no merece ser vivida.
En un
mundo desquiciado por las ideologías, el partidismo, la moda y las variopintas
percepciones de la realidad es vital saber quiénes somos, de dónde venimos y a
dónde vamos. Preguntas que desde siempre ha tratado de responder el hombre y la
filosofía. No saber quiénes somos y qué pensamos nos transforma en personas
inseguras expuestas a la manipulación. No saber de dónde venimos y a dónde
vamos nos sumerge en la incertidumbre y la confusión; estamos perdidos.
Decía el entonces cardenal Ratzinger: “¿Qué significa ser niños en la fe? Responde san
Pablo: significa ser «llevados a la deriva y zarandeados por cualquier viento
de doctrina» (Efesios 4, 14). ¡Una descripción muy actual! Cuántos vientos de
doctrina hemos conocido en estas últimas décadas, cuántas corrientes
ideológicas, cuántas modas del pensamiento… La pequeña barca del pensamiento de
muchos cristianos con frecuencia ha quedado agitada por las olas, zarandeada de
un extremo al otro: del marxismo al liberalismo, hasta el libertinismo; del
colectivismo al individualismo radical; del ateísmo a un vago misticismo
religioso; del agnosticismo al sincretismo, etc. Cada día nacen nuevas sectas y
se realiza lo que dice san Pablo sobre el engaño de los hombres, sobre la
astucia que tiende a inducir en el error (Cf. Efesios 4, 14.”
Cuando nos
preguntan por nuestra religión respondemos como en el senso: –“¿Vieja de qué religión somos? –“¡Católica!”.
Siendo que en realidad no adherimos a la doctrina católica ni practicamos
la fe, viviendo como evangelistas, panteístas, fetiches o ateos.
Cuando nos
preguntan por nuestra orientación política respondemos con fórmulas (liberal, socialista, peronista, etc.), ideas o términos que desconocemos en su esencia y finalidad o, simplemente decimos: “de derecha”;
“de izquierda” - «“Ser de la derecha o de
la izquierda es una de las tantas formas que un hombre tiene para elegir ser un
imbécil”» (Ortega y Gasset).
Debemos ser críticos de nuestra época. Comencemos
por definirnos nosotros mismos como personas, para luego discernir sobre el
bien y el mal. Seamos coherentes con nuestro pensamiento y batallemos contra
las ideologías totalitarias que buscan someternos. Sabiendo quiénes somos
ningún vehemente parlanchín podrá engañarnos con eufóricos discursos
triunfalistas.
Quién eres
le preguntó Moisés a Yahvé «“Yo soy”
- Yo Soy el que Soy (Ex
3, 14)», nombre que Dios se dio a Sí mismo ante Moisés junto
a la zarza ardiendo. Nuestro Creador nos insta a saber quiénes somos
y a conocer la perfecta realidad de las cosas, no la mera percepción de ellas.
viernes, 10 de mayo de 2024
¡ARGENTINA PARA LOS ARGENTINOS!
Carta abierta a la Nación Argentina
Conciudadanos:
La Nación Argentina nació hispánica y católica no sajona o liberal ateo-protestante. Nuestra querida República fue arropada en honorable cuna y forjada por criollos que la defendieron a sangre y fuego de potencias extranjeras, que pretendían adueñarse de nuestras riquezas y territorio. Hasta nuestros días combatimos al inglés con las armas, para recuperar aquellas lejanas Islas que nos fueron robadas.
Una
cosa es sanear la desquiciada economía que sufrimos, poner orden administrativo
al descalabro heredado de gobiernos corruptos y otra muy distinta, es apostatar
de nuestra religión y renegar de la cuna y tradiciones que dieron origen a la
Patria.
Dirijo
esta misiva a la Nación porque en el presente la ambigüedad y la hipocresía son
moneda corriente. Por un lado honramos a nuestros próceres y héroes con
verborrágicos discursos y por el otro veneramos, nos entregamos a potencias
extranjeras con impensada incredulidad de que van a solucionar nuestros
problemas políticos, sociales y económicos.
Hace
tiempo ya que a nuestros gobernantes les seduce la idea de entregar riquezas
naturales y territorio a cambio de una utópica mejora económica.
Nuestro
Presidente apóstata de su religión se exhibe venerando a
banderas extranjeras; defiende y se compromete con causas
internas de otros países sin medir las repercusiones negativas de dichas
actitudes. Promete FF.AA. bien equipadas e instruidas: ¿Con qué finalidad? Tal vez
para ser cipayos de las potencias que tanto admira.
El
socialismo es un epifenómeno del liberalismo, ambos corren por vías paralelas
hacia un mismo objetivo, el progresismo. El marxismo cultural y el liberalismo
comparten la misma raíz hegeliana de la autodeterminación, donde el hombre
construye su propia historia. Se concibe asimismo no dentro de un orden natural
sino en su pensamiento. Estas foráneas ideologías son, desde todo punto de
vista, contrarias a nuestras raíces y tradiciones.
Finalizando,
vengo a recordar las últimas estrofas de “Aurora”, cantada izando la bandera en
todos los cuarteles y colegios:
Es la bandera de la Patria mía,
del
sol nacida, que me ha dado Dios.
Es hora que pongamos blanco sobre negro. Bandera y Patria dadas por Dios no por Adam Smith o Rousseau, cuyo contorno territorial está configurado y protegido por el Santo Rosario.
Daniel Elía
miércoles, 8 de mayo de 2024
¿"INTELIGENCIA ARTIFICIAL"?
¿Soberbia o necedad?
Vamos a dedicar este espacio para hablar de obviedades.
¿Puede el hombre crear un objeto o un ser inteligente? Si remitimos a la arrogante expresión de “Inteligencia artificial”, tan empoderada en la actualidad, una gran mayoría afirmaría sin dudar que el hombre postmoderno puede crear inteligencia.
Inteligencia
es la capacidad de entender o comprender; también es la capacidad de resolver
problemas. El ordenador está obligado a responder al programa que le fue
cargado en su memoria. No sabe ni le interesa conocer lo que está haciendo, es
sólo un ladrillo para abrir una puerta.
Ilustraremos
a nuestros lectores con el siguiente extracto de la conferencia “El origen de la vida y el Hombre” disertada por el P. Manuel Carreira(1): “El hombre es el único que busca conocer, que busca verdad, belleza y
bien. El hombre nunca va a hacer IA porque la IA no se explica por corrientes
eléctricas, no hay IA alguna cuando hay corrientes eléctricas solamente. Hay
gente que se impresiona con todo esto pero si usted está por ejemplo viendo una
pantalla de televisión y no sabe lo que es una televisión pues puede pensar que
ahí hay un espíritu pero no, lo único que hay es corrientes eléctricas entonces
yo digo: ah sí, entonces ¿cuándo a Ud. le aburre un programa de televisión se
queja a la compañía eléctrica de que la corriente es de mala calidad o le echa
la culpa a alguien que ha hecho un programa que no vale para ver? Es como decir
que “El Quijote” es una buena obra literaria porque tiene una tinta de muy
buena calidad en un muy buen papel; es una estupidez completa.”
A modo
de síntesis: la IA, por más potente que sea el programa, nunca podrá reemplazar
el raciocinio del hombre inserto en su espíritu a semejanza Divina.
Puede
ser una herramienta útil para responder frivolidades en las redes sociales pero
también es un arma diabólica diseñada, por el hombre, para confundir y manipular las mentes
humanas.
(1) El Padre Manuel Carreira fue doctor en Teología y Filosofía; Físico y científico. Catedrático en distintas universidades de EE.UU.; Colaborador en la NASA y miembro del observatorio del Vaticano.
viernes, 26 de abril de 2024
El encantador de ingenuos.
Milei y la batalla cultural
por Juan Manuel de Prada
"La libertad debe ser irrestricta si se encamina hacia el bien" |
Los corifeos de la llamada ‘batalla cultural’ aplauden la apoteosis del argentino Milei, presentándonos sus ideas (perdón por la hipérbole) como formidables armas contra el progresismo rampante. Pero lo cierto es que las ideas de Milei comparten las premisas del enemigo que supuestamente combaten; por lo que inevitablemente se convertirán, después de provocar diversas escaramuzas más aspaventeras que eficaces, en levadura de su expansión.
Para demostrar que Milei comparte las premisas del enemigo vamos a elegir una cuestión en la que, aparentemente, defendemos la misma posición. En una entrevista reciente Milei se declaraba detractor del aborto porque, aunque profesa un «respeto irrestricto al proyecto de vida del prójimo», considera que tal proyecto debe regirse por el «principio de no agresión»; y, como la ciencia demuestra que el ‘nasciturus’ tiene un ADN distinto al de la madre, aunque reconoce el «derecho de la mujer a disponer de su propio cuerpo», no cree que tenga derecho a disponer de un organismo distinto, por mucho que crezca en su vientre.
Pero,
más allá de que sus ADN sean diversos, entre la madre gestante y el niño que
crece en su vientre existe una suerte de «unión hipostática» (utilizamos la
expresión, por supuesto, en sentido figurado) que, manteniendo sus naturalezas
plenamente diferenciadas, las torna dependientes entre sí, de un modo
misterioso que excede las puras funciones orgánicas o metabólicas. El
cientifismo, cuando se discute una cuestión de índole filosófica o doctrinal,
resulta a la postre confundidor, bajo su apariencia clarificadora. Además,
Milei, a la vez que se declara detractor del aborto, se muestra dispuesto a
convocar un plebiscito para determinar su estatuto legal (es decir, considera
que las mayorías pueden declarar abolido el «principio de no agresión»); y
también se muestra favorable, por ejemplo, a los vientres de alquiler. ¡Menuda
empanada mental tiene el gachó!
Pero,
más allá de este zurriburri propio del cantamañanas integral, debemos fijarnos
en ese argumento filosófico o doctrinal que constituye la piedra angular del
pensamiento (perdón, de nuevo, por la hipérbole) de Milei. Nos referimos a ese
«respeto irrestricto al proyecto de vida del prójimo, basado en el principio de
no agresión». Es decir, Milei defiende el concepto de ‘libertad negativa’ al
modo en que lo formuló, por ejemplo, Isaiah Berlin, como «ámbito en que un ser
humano puede actuar sin ser obstaculizado por otros», llevando a cabo su
‘proyecto de vida’. Se trata, en definitiva, la «libertad del querer»
hegeliana, «determinada en sí y por sí» (irrestricta); una libertad que, fuera
de ese «principio de no agresión» al prójimo (¡que sin embargo se puede
declarar abolido mediante plebiscito!), no reconoce otra regla ni otro fin que
ella misma. Pero, como señala su compatriota Leonardo Castellani, «la palabra
libertad, si no se le añade para qué, es una palabra sin contenido; y hoy día,
por obra del Liberalismo, la más asquerosamente ambigua que existe. […] Es una
bobada filosófica: la libertad no es propiamente un movimiento, sino un poder
moverse solamente; y en el moverse lo que importa es el Hacia Dónde». En
efecto, la libertad debe ser irrestricta si se encamina hacia el bien; debe ser
severamente restringida si se encamina hacia el mal; y debe ser suavemente
encauzada cuando titubea. Si Milei en verdad combatiese los principios que
están destruyendo la civilización, defendería la libertad como capacidad de
discernimiento y elección entre el bien y el mal, entre lo justo y lo injusto;
pero, como sus principios son los mismos que los de sus presuntos enemigos,
defiende la libertad como autodeterminación (o sea, como capacidad para
realizar la propia voluntad).
Pero,
¿de veras un Estado tiránico que se impone mediante leyes injustas es peor que
un Estado que deja obrar injustamente, adhiriéndose a cualquier proyecto vital
y legitimando todas las opciones individuales, con tal de que se rijan por el
principio de «no agresión»? La misión del Estado no es satisfacer las
apetencias de las gentes, sino ayudarlas mediante un ordenamiento jurídico a
alcanzar el bien auténticamente humano. El aborto no es reprobable porque sea
una «agresión» (hay agresiones legítimas y hasta obligadas), ni porque el hijo
tenga un ADN distinto del ADN de la madre, sino porque es contrario al bien
auténticamente humano.
Milei,
en fin, postula el orden político y social nihilista que constituye el mejor caldo
de cultivo del progresismo. Su compatriota Castellani, con visión profética
formidable, siempre alertaba contra estos falsos mesías liberales que sientan
las bases doctrinales para que, a la postre, «un grupo de sabios socialistas,
bajo la coartada de la Adoración del Hombre, gobiernen el mundo
autocráticamente y con poderes tan extraordinarios que no los soñó Licurgo». A
la postre, el concepto de «libertad negativa» que preconiza Milei, por acelerar
la descomposición de la vida moral de los pueblos, es el que más favorece la
libertad desenfrenada del Dinero, según avizoró también Castellani: «Esa
obsesión de la libertad propia de un loco vino a servir maravillosamente a las
fuerzas económicas que en aquel tiempo se desataron, y al poder del Dinero y de
la Usura, que también andaban con la obsesión de que los dejasen en paz».
Pero al
menos debemos reconocer que Milei no es uno de esos emboscados que ocultan sus
propósitos. Para saber que sirve al poder del Dinero y de la Usura no hace
falta sino ver las banderas que ondea con irrestricto entusiasmo.
domingo, 14 de enero de 2024
TREMENDO DOCUMENTO DE MALACHI MARTIN
Malachi
Brendan Martin (23 de julio de 1921 - 27 de julio de 1999), también conocido
con el seudónimo de Michael Serafian, fue un sacerdote católico nacido en
Irlanda, arqueólogo bíblico, exorcista, paleógrafo, profesor y prolífico
escritor sobre la Iglesia Católica Romana.
El
padre Malachi sirvió muchos años en el Vaticano. El suceso que marcó
definitivamente su vida, dicho por él, fue haber leído en presencia de su S.S.
Juan XXIII el tercer secreto de Fátima. Dicha lectura lo estremeció de tal
manera que lo impulsó a un cambio de vida. Cambio que lo llevó a pedir licencia
sacerdotal y mudarse a New York, lugar
donde realizó distintos trabajos hasta que pudo mantenerse con la venta de sus
libros.
Habiendo
comprobado extravíos doctrinales y litúrgicos en la vida Vaticana, a la luz de
los mensajes de la Santísima Virgen en sus distintas apariciones, se convirtió
en un severo crítico de la jerarquía romana.
El
revuelo de sus escritos y declaraciones a partir del Concilio Vaticano II, se
plasman en la actual crisis doctrinal y confusión en que se encuentra inmersa
la Iglesia Católica.
Ofrecemos
aquí extractos reveladores de una entrevista concedida al periodista Art Bell
en el año 1998.
Cabe
aclarar que el padre Malachi, cumpliendo estrictamente el juramento de mantener
el secreto, nunca hizo público el tercer mensaje de Fátima en forma textual y completa;
su conciencia por dar a conocer la voluntad manifiesta de Nuestra Madre, hizo
que comunicara dichos mensajes por medio de novelas.