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miércoles, 21 de agosto de 2024

MILEI Y EL TRANSHUMANISMO

 El transhumanismo es la vía hacia el totalitarismo.

El bien se deriva de una ciencia soberana, de la ciencia más fundamental de todas; y esta es precisamente la ciencia política. Ella es, en efecto, la que determina cuáles son las ciencias indispensables para la existencia de los Estados. Además, es preciso observar, que las ciencias más estimadas están subordinadas a la Política. La Política rige los Estados, pero no es la que forma la Moral ni la encargada de estudiar el bien. La Política, no es nada si no recibe sus principios fundamentales de la Moral.
Esta introducción de la "Ética a Nicómaco" de Aristóteles, sirve de sustento para afirmar que la Política es la ciencia que hace posible el bien común. Según la escuela Tomista, ese bien procede de un ser superior Uno y Trino, que desciende y forma la Moral a la cual se subordina la Política. Como decía Donoso Cortés "Detrás de toda política está la teología". 
El pensamiento filosófico descrito, sostiene que las ciencias son rígidas y que no están sujetas a cambios disruptivos como las pandemias, las guerras, la economía u otros que modifiquen sus postulados; la suma de los ángulos interiores de todos los triángulos es de 180°, jamás por una disrupción podrán sumar 360°.
En contraposición a lo expresado, surge una filosofía moderna creada por el vienés Karl Popper (1902-1994). Hacia los años sesenta Popper da comienzo al "Racionalismo crítico", iniciando de suyo el transhumanismo. Popper propone un cambio del paradigma científico y un cambio de la comunidad política, dando sustento al Nuevo Orden Mundial y a un estado totalitario, con un proyecto antropológico transhumanista y un proyecto urbano como el de la ciudad de "15 minutos". De allí que, a cada intención implícita del estado profundo mundial le viene a corresponder una medida de gobierno en nuestro ámbito nacional.
Esta nueva filosofía instaura el concepto de "Sociedad Abierta", siendo uno de sus principales precursores George Soros creando su homónima "Open Society".
Así el hombre, afectado por estos nuevos paradigmas, se convierte en un ente, en un ser aislado e inconexo -un átomo inconexo- sin alteridad con sus semejantes. A través de un teléfono celular podrá comunicarse y relacionarse con todo el mundo sin necesidad de contacto personal. Hasta sus apetencias más humanas como ser la procreación podrá consumarlas a la distancia por medio de la inseminación artificial. De esta manera se constituye un Estado totalitario donde las personas, aisladas en ciudades de 15 minutos, dejan de ser creaturas para pasar a ser partículas controladas por un gobierno tiránico.
Es oportuno mencionar que el actual gobierno libertario está promoviendo un debate en el Congreso de la Nación para crear un banco genético de todos los ciudadanos. Dicha base de datos genéticos es aconsejada por Klaus Schwad Presidente Ejecutivo del Foro Económico Mundial y mentor intelectual del proyecto de la cuarta revolución industrial.
Concluyendo, Karl Popper va a negar a Dios y a su metafísica derivada como horizonte de nuestra vida moral y política. Va a decir Popper que la ley natural es un apriorismo, es una superstición. Esta postura va a establecer el principio del mayor bien para la mayor cantidad de personas, lo cual deriva en un totalitarismo que excluye a los disidentes. Entonces, ciertas formas de imperialismos van a ser necesarios para acabar con los patriotismos de la virtud, los valores religiosos y el apego al terruño de las sociedades cerradas, el peor enemigo del globalismo y el NOM.



lunes, 3 de junio de 2024

El veneno de las ideologías

 

“Podrán tomar a las serpientes con sus manos, y si beben un veneno mortal no les hará ningún daño.” (Mc. 16; 18).

Estos signos y señales dichos por Jesús, que Marcos enumera entre otros, deben ser leídos e interpretados a la luz del simbolismo bíblico.

Los demonios son todas las fuerzas de muerte que se encuentran en el hombre y que le llevan a tomar decisiones opuestas al Evangelio: el orgullo, la concupiscencia, el ansia de dinero, el odio, los impulsos egoístas. Estos demonios no son vencidos recurriendo a ritos de exorcismo, sino por el poder de la palabra de Cristo y del Espíritu que nos ha dado. Es la proclamación del evangelio la que los aleja; es la Eucaristía y los demás sacramentos que comunican la fuerza divina que permite resistir a sus ataques, según lo expresa el padre Gustavo Ballario.

Asimismo, en la parábola del sembrador, Jesús nos previene del comportamiento que adoptamos al escuchar su Palabra, y nos dice que, en ciertas ocasiones, la Palabra es arrebatada por el demonio; en otras es abandonada por las tentaciones y también puede ser ahogada por las seducciones del mundo. La vida moderna ofrece múltiples atracciones que eclipsan el mensaje evangélico. Entre esas atracciones se enrolan todas las ideologías que socaban los cimientos del orden natural.

El poder del dinero, la política y la propaganda crean en la actualidad ese ambiente propicio de seducción y falsa felicidad que conduce a la desintegración del ser humano. El liberalismo, el comunismo y el progresismo con todas sus perversas variantes son las serpientes que no podremos tomar en nuestras manos so pena de fallecer si no estamos impregnados de una profunda formación evangélica. Por esta razón repetiremos hasta el cansancio la sentencia del padre Castellani:

“Si quieres salvar a la patria salva tu alma, ni antes ni después sino al mismo tiempo”.

Dones como la sabiduría, el entendimiento, el consejo, la fortaleza y el temor de Dios, junto con el evangelio, son las armas que debemos esgrimir para ser inmunes a los venenos de la modernidad. Pues, en definitiva:

“La ciencia más acabada

 es que el hombre en gracia acabe,

pues al fin de la jornada,

 aquél que se salva, sabe,

 y el que no, no sabe nada.

 En esta vida emprestada,

 do bien obrar es la llave,

 aquel que se salva sabe;

 el otro no sabe nada.”

 


martes, 21 de mayo de 2024

¿Quién soy?

 

Estimado lector: ¿sabe Usted quién es?

Sócrates sentenciaba que una vida sin reflexión no merece ser vivida.

En un mundo desquiciado por las ideologías, el partidismo, la moda y las variopintas percepciones de la realidad es vital saber quiénes somos, de dónde venimos y a dónde vamos. Preguntas que desde siempre ha tratado de responder el hombre y la filosofía. No saber quiénes somos y qué pensamos nos transforma en personas inseguras expuestas a la manipulación. No saber de dónde venimos y a dónde vamos nos sumerge en la incertidumbre y la confusión; estamos perdidos.

Decía el entonces cardenal Ratzinger: “¿Qué significa ser niños en la fe? Responde san Pablo: significa ser «llevados a la deriva y zarandeados por cualquier viento de doctrina» (Efesios 4, 14). ¡Una descripción muy actual! Cuántos vientos de doctrina hemos conocido en estas últimas décadas, cuántas corrientes ideológicas, cuántas modas del pensamiento… La pequeña barca del pensamiento de muchos cristianos con frecuencia ha quedado agitada por las olas, zarandeada de un extremo al otro: del marxismo al liberalismo, hasta el libertinismo; del colectivismo al individualismo radical; del ateísmo a un vago misticismo religioso; del agnosticismo al sincretismo, etc. Cada día nacen nuevas sectas y se realiza lo que dice san Pablo sobre el engaño de los hombres, sobre la astucia que tiende a inducir en el error (Cf. Efesios 4, 14.”

Cuando nos preguntan por nuestra religión respondemos como en el senso: –“¿Vieja de qué religión somos? –“¡Católica!”. Siendo que en realidad no adherimos a la doctrina católica ni practicamos la fe, viviendo como evangelistas, panteístas, fetiches o ateos.

Cuando nos preguntan por nuestra orientación política respondemos con fórmulas (liberal, socialista, peronista, etc.), ideas o términos que desconocemos en su esencia y finalidad o, simplemente decimos: “de derecha”; “de izquierda” - «“Ser de la derecha o de la izquierda es una de las tantas formas que un hombre tiene para elegir ser un imbécil”» (Ortega y Gasset).

Debemos ser críticos de nuestra época. Comencemos por definirnos nosotros mismos como personas, para luego discernir sobre el bien y el mal. Seamos coherentes con nuestro pensamiento y batallemos contra las ideologías totalitarias que buscan someternos. Sabiendo quiénes somos ningún vehemente parlanchín podrá engañarnos con eufóricos discursos triunfalistas.

Quién eres le preguntó Moisés a Yahvé «“Yo soy” - Yo Soy el que Soy (Ex 3, 14)», nombre que Dios se dio a Sí mismo ante Moisés junto a la zarza ardiendo. Nuestro Creador nos insta a saber quiénes somos y a conocer la perfecta realidad de las cosas, no la mera percepción de ellas.


viernes, 10 de mayo de 2024

¡ARGENTINA PARA LOS ARGENTINOS!

 

Carta abierta a la Nación Argentina

Conciudadanos:

                    La Nación Argentina nació hispánica y católica no sajona o liberal ateo-protestante. Nuestra querida República fue arropada en honorable cuna y forjada por criollos que la defendieron a sangre y fuego de potencias extranjeras, que pretendían adueñarse de nuestras riquezas y territorio. Hasta nuestros días combatimos al inglés con las armas, para recuperar aquellas lejanas Islas que nos fueron robadas.

Una cosa es sanear la desquiciada economía que sufrimos, poner orden administrativo al descalabro heredado de gobiernos corruptos y otra muy distinta, es apostatar de nuestra religión y renegar de la cuna y tradiciones que dieron origen a la Patria.

Dirijo esta misiva a la Nación porque en el presente la ambigüedad y la hipocresía son moneda corriente. Por un lado honramos a nuestros próceres y héroes con verborrágicos discursos y por el otro veneramos, nos entregamos a potencias extranjeras con impensada incredulidad de que van a solucionar nuestros problemas políticos, sociales y económicos.

Hace tiempo ya que a nuestros gobernantes les seduce la idea de entregar riquezas naturales y territorio a cambio de una utópica mejora económica.

Nuestro Presidente apóstata de su religión se exhibe venerando a banderas extranjeras; defiende y se compromete con causas internas de otros países sin medir las repercusiones negativas de dichas actitudes. Promete FF.AA. bien equipadas e instruidas: ¿Con qué finalidad? Tal vez para ser cipayos de las potencias que tanto admira.

El socialismo es un epifenómeno del liberalismo, ambos corren por vías paralelas hacia un mismo objetivo, el progresismo. El marxismo cultural y el liberalismo comparten la misma raíz hegeliana de la autodeterminación, donde el hombre construye su propia historia. Se concibe asimismo no dentro de un orden natural sino en su pensamiento. Estas foráneas ideologías son, desde todo punto de vista, contrarias a nuestras raíces y tradiciones.

Finalizando, vengo a recordar las últimas estrofas de “Aurora”, cantada izando la bandera en todos los cuarteles y colegios:

 Es la bandera de la Patria mía,

del sol nacida, que me ha dado Dios.

Es hora que pongamos blanco sobre negro. Bandera y Patria dadas por Dios no por Adam Smith o Rousseau, cuyo contorno territorial está configurado y protegido por el Santo Rosario.

Daniel Elía


miércoles, 8 de mayo de 2024

¿"INTELIGENCIA ARTIFICIAL"?

 


¿Soberbia o necedad?

Vamos a dedicar este espacio para hablar de obviedades. 

¿Puede el hombre crear un objeto o un ser inteligente? Si remitimos a la arrogante expresión de “Inteligencia artificial”, tan empoderada en la actualidad, una gran mayoría afirmaría sin dudar que el hombre postmoderno puede crear inteligencia.

Inteligencia es la capacidad de entender o comprender; también es la capacidad de resolver problemas. El ordenador está obligado a responder al programa que le fue cargado en su memoria. No sabe ni le interesa conocer lo que está haciendo, es sólo un ladrillo para abrir una puerta.

Ilustraremos a nuestros lectores con el siguiente extracto de la conferencia “El origen de la vida y el Hombre” disertada por el P. Manuel Carreira(1): “El hombre es el único que busca conocer, que busca verdad, belleza y bien. El hombre nunca va a hacer IA porque la IA no se explica por corrientes eléctricas, no hay IA alguna cuando hay corrientes eléctricas solamente. Hay gente que se impresiona con todo esto pero si usted está por ejemplo viendo una pantalla de televisión y no sabe lo que es una televisión pues puede pensar que ahí hay un espíritu pero no, lo único que hay es corrientes eléctricas entonces yo digo: ah sí, entonces ¿cuándo a Ud. le aburre un programa de televisión se queja a la compañía eléctrica de que la corriente es de mala calidad o le echa la culpa a alguien que ha hecho un programa que no vale para ver? Es como decir que “El Quijote” es una buena obra literaria porque tiene una tinta de muy buena calidad en un muy buen papel; es una estupidez completa.”

A modo de síntesis: la IA, por más potente que sea el programa, nunca podrá reemplazar el raciocinio del hombre inserto en su espíritu a semejanza Divina.

Puede ser una herramienta útil para responder frivolidades en las redes sociales pero también es un arma diabólica diseñada, por el hombre, para confundir y manipular las mentes humanas.

(1) El Padre Manuel Carreira fue doctor en Teología y Filosofía; Físico y científico.  Catedrático en distintas universidades de EE.UU.; Colaborador en la NASA y miembro del observatorio del Vaticano.


viernes, 26 de abril de 2024

El encantador de ingenuos.

 Milei y la batalla cultural 

por Juan Manuel de Prada

"La libertad debe ser irrestricta si se encamina hacia el bien"


Los corifeos de la llamada ‘batalla cultural’ aplauden la apoteosis del argentino Milei, presentándonos sus ideas (perdón por la hipérbole) como formidables armas contra el progresismo rampante. Pero lo cierto es que las ideas de Milei comparten las premisas del enemigo que supuestamente combaten; por lo que inevitablemente se convertirán, después de provocar diversas escaramuzas más aspaventeras que eficaces, en levadura de su expansión.

Para demostrar que Milei comparte las premisas del enemigo vamos a elegir una cuestión en la que, aparentemente, defendemos la misma posición. En una entrevista reciente Milei se declaraba detractor del aborto porque, aunque profesa un «respeto irrestricto al proyecto de vida del prójimo», considera que tal proyecto debe regirse por el «principio de no agresión»; y, como la ciencia demuestra que el ‘nasciturus’ tiene un ADN distinto al de la madre, aunque reconoce el «derecho de la mujer a disponer de su propio cuerpo», no cree que tenga derecho a disponer de un organismo distinto, por mucho que crezca en su vientre.

Pero, más allá de que sus ADN sean diversos, entre la madre gestante y el niño que crece en su vientre existe una suerte de «unión hipostática» (utilizamos la expresión, por supuesto, en sentido figurado) que, manteniendo sus naturalezas plenamente diferenciadas, las torna dependientes entre sí, de un modo misterioso que excede las puras funciones orgánicas o metabólicas. El cientifismo, cuando se discute una cuestión de índole filosófica o doctrinal, resulta a la postre confundidor, bajo su apariencia clarificadora. Además, Milei, a la vez que se declara detractor del aborto, se muestra dispuesto a convocar un plebiscito para determinar su estatuto legal (es decir, considera que las mayorías pueden declarar abolido el «principio de no agresión»); y también se muestra favorable, por ejemplo, a los vientres de alquiler. ¡Menuda empanada mental tiene el gachó!

Pero, más allá de este zurriburri propio del cantamañanas integral, debemos fijarnos en ese argumento filosófico o doctrinal que constituye la piedra angular del pensamiento (perdón, de nuevo, por la hipérbole) de Milei. Nos referimos a ese «respeto irrestricto al proyecto de vida del prójimo, basado en el principio de no agresión». Es decir, Milei defiende el concepto de ‘libertad negativa’ al modo en que lo formuló, por ejemplo, Isaiah Berlin, como «ámbito en que un ser humano puede actuar sin ser obstaculizado por otros», llevando a cabo su ‘proyecto de vida’. Se trata, en definitiva, la «libertad del querer» hegeliana, «determinada en sí y por sí» (irrestricta); una libertad que, fuera de ese «principio de no agresión» al prójimo (¡que sin embargo se puede declarar abolido mediante plebiscito!), no reconoce otra regla ni otro fin que ella misma. Pero, como señala su compatriota Leonardo Castellani, «la palabra libertad, si no se le añade para qué, es una palabra sin contenido; y hoy día, por obra del Liberalismo, la más asquerosamente ambigua que existe. […] Es una bobada filosófica: la libertad no es propiamente un movimiento, sino un poder moverse solamente; y en el moverse lo que importa es el Hacia Dónde». En efecto, la libertad debe ser irrestricta si se encamina hacia el bien; debe ser severamente restringida si se encamina hacia el mal; y debe ser suavemente encauzada cuando titubea. Si Milei en verdad combatiese los principios que están destruyendo la civilización, defendería la libertad como capacidad de discernimiento y elección entre el bien y el mal, entre lo justo y lo injusto; pero, como sus principios son los mismos que los de sus presuntos enemigos, defiende la libertad como autodeterminación (o sea, como capacidad para realizar la propia voluntad).

Pero, ¿de veras un Estado tiránico que se impone mediante leyes injustas es peor que un Estado que deja obrar injustamente, adhiriéndose a cualquier proyecto vital y legitimando todas las opciones individuales, con tal de que se rijan por el principio de «no agresión»? La misión del Estado no es satisfacer las apetencias de las gentes, sino ayudarlas mediante un ordenamiento jurídico a alcanzar el bien auténticamente humano. El aborto no es reprobable porque sea una «agresión» (hay agresiones legítimas y hasta obligadas), ni porque el hijo tenga un ADN distinto del ADN de la madre, sino porque es contrario al bien auténticamente humano.

Milei, en fin, postula el orden político y social nihilista que constituye el mejor caldo de cultivo del progresismo. Su compatriota Castellani, con visión profética formidable, siempre alertaba contra estos falsos mesías liberales que sientan las bases doctrinales para que, a la postre, «un grupo de sabios socialistas, bajo la coartada de la Adoración del Hombre, gobiernen el mundo autocráticamente y con poderes tan extraordinarios que no los soñó Licurgo». A la postre, el concepto de «libertad negativa» que preconiza Milei, por acelerar la descomposición de la vida moral de los pueblos, es el que más favorece la libertad desenfrenada del Dinero, según avizoró también Castellani: «Esa obsesión de la libertad propia de un loco vino a servir maravillosamente a las fuerzas económicas que en aquel tiempo se desataron, y al poder del Dinero y de la Usura, que también andaban con la obsesión de que los dejasen en paz».

Pero al menos debemos reconocer que Milei no es uno de esos emboscados que ocultan sus propósitos. Para saber que sirve al poder del Dinero y de la Usura no hace falta sino ver las banderas que ondea con irrestricto entusiasmo.



domingo, 14 de enero de 2024

TREMENDO DOCUMENTO DE MALACHI MARTIN



Malachi Brendan Martin (23 de julio de 1921 - 27 de julio de 1999), también conocido con el seudónimo de Michael Serafian, fue un sacerdote católico nacido en Irlanda, arqueólogo bíblico, exorcista, paleógrafo, profesor y prolífico escritor sobre la Iglesia Católica Romana.

El padre Malachi sirvió muchos años en el Vaticano. El suceso que marcó definitivamente su vida, dicho por él, fue haber leído en presencia de su S.S. Juan XXIII el tercer secreto de Fátima. Dicha lectura lo estremeció de tal manera que lo impulsó a un cambio de vida. Cambio que lo llevó a pedir licencia sacerdotal y mudarse a New York, lugar donde realizó distintos trabajos hasta que pudo mantenerse con la venta de sus libros.

Habiendo comprobado extravíos doctrinales y litúrgicos en la vida Vaticana, a la luz de los mensajes de la Santísima Virgen en sus distintas apariciones, se convirtió en un severo crítico de la jerarquía romana.

El revuelo de sus escritos y declaraciones a partir del Concilio Vaticano II, se plasman en la actual crisis doctrinal y confusión en que se encuentra inmersa la Iglesia Católica.

Ofrecemos aquí extractos reveladores de una entrevista concedida al periodista Art Bell en el año 1998.

Cabe aclarar que el padre Malachi, cumpliendo estrictamente el juramento de mantener el secreto, nunca hizo público el tercer mensaje de Fátima en forma textual y completa; su conciencia por dar a conocer la voluntad manifiesta de Nuestra Madre, hizo que comunicara dichos mensajes por medio de novelas.